La nueva primera ministra de Gran Bretaña, Liz Truss, ha anunciado un tope en los precios de la energía hasta 2024 para ayudar a abordar la crisis del costo de vida.
Desde principios de octubre, la factura de energía doméstica promedio tendrá un tope de £ 2,500 hasta las próximas elecciones para ayudar a «rastrear la inflación e impulsar el crecimiento».
Hablando en la Cámara de los Comunes, Truss dijo que el paquete de estímulo le ahorraría al hogar promedio £1,000 al año.
La garantía de precio también incluye la suspensión temporal de los green fees.
Se suma al esquema previamente anunciado por el gobierno para dar a los hogares £ 400 de descuento en sus facturas de energía.
Las empresas, las organizaciones benéficas y las organizaciones del sector público recibirán la misma garantía durante los próximos seis meses.
Después de este período, el gobierno brindará apoyo adicional a «sectores vulnerables» como la hospitalidad.
El costo total del paquete de apoyo será revelado a finales de este mes por el nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng.
Truss se ha negado a pedir un impuesto único a los gigantes del petróleo y el gas cuyas ganancias se han disparado recientemente, argumentando que «desalentará la inversión que necesitamos».
El líder laborista, Sir Keir Starmer, dio la bienvenida al paquete de apoyo, pero advirtió que «los trabajadores se harán cargo de la factura».
