Cuando China comenzó a boicotear las marcas que hacían declaraciones políticas contra el algodón de Xinjiang, las repercusiones potencialmente ascendieron a una pérdida de ventas locales. Pero a medida que las motivaciones políticas van mucho más allá de las fronteras chinas, las empresas occidentales también se ven obligadas a elegir un bando.
Una de esas empresas es el club de fútbol estrella Barcelona. Conocido cariñosamente como Barça, el equipo iba a ser patrocinado por H&M como uniforme. Pero ya no más.
Cuando H&M planteó preguntas sobre el respeto de los derechos civiles de la minoría uigur de China, que son esencialmente recolectores locales de algodón, se enfrentó a una reacción violenta local, con sus 500 tiendas desapareciendo de los principales geolocalizadores de China.
Ante el conflicto entre H&M y China, el equipo del FC Barcelona suspendió temporalmente todas las negociaciones por el patrocinio, que habría equivalido a unos tres millones de euros anuales para el club catalán.
La medida se produce después de que un gerente estadounidense del equipo de baloncesto de la NBA de Houston tuiteara su apoyo solidario a los manifestantes de Hong Kong en 2019. La respuesta provocó la ira del gobierno chino, que suspendió la transmisión de sus juegos en un boicot que duró casi un año. Esto generó una pérdida de 400 millones de dólares para la liga de baloncesto.
El valor del patrocinio no compensa la posibilidad de represalias.
